Te despiertas con el sonido que tanto odias: la alarma de tu móvil. Con pereza, lo apagas y notas una notificación en la parte superior de la pantalla:
“Queda poco espacio.
Esto puede ralentizar el teléfono. Elimina algunos archivos para que siga
funcionando con fluidez.”
«¡Otra vez!» piensas. Es frustrante que el móvil se llene tan rápido. Borrar archivos acumulados, muchos sin sentido, es una tarea tediosa. A veces, conectarlo al ordenador y transferir datos a un disco duro parece misión imposible.
En tu rutina diaria, llena de compromisos, esa notificación pasa a segundo plano. Días después, vuelve a aparecer y te recuerda lo mismo: liberar espacio para que todo fluya. Pero lo ignoras y sigues tomando fotos, grabando notas de voz y haciendo capturas de pantalla.
El móvil, cada vez más saturado, sigue avisándote hasta que un día… ¡se bloquea! No puedes hacer fotos, enviar mensajes ni grabar vídeos. La frustración es máxima, justo cuando más lo necesitas. Corriendo, borras unos cuantos archivos para salir del apuro, pero el problema persiste y el ciclo se repite: “borro un poco – sigo – se bloquea.”
¿Qué hacer ante tanto estrés?
Un día, cansado de esta dinámica, decides parar. Organizas un momento en tu agenda para liberar espacio. Te das cuenta de que no era imposible, solo necesitabas un empujón:
- Reconocer el cansancio: Esa emoción intensa es la señal de que el problema no puede esperar más.
- Crear un contexto favorable: Reservar tiempo específicamente para resolverlo.
Tras liberar espacio, sientes satisfacción. Tu móvil funciona con fluidez, pero más importante aún, te has detenido para atender una señal.
Las emociones como notificaciones
Nuestras emociones y síntomas físicos también actúan como notificaciones. Nos avisan cuando es necesario un cambio. Ignorarlas puede llevarnos al límite, pero atenderlas a tiempo nos permite recuperar el equilibrio.
No se trata de estar en constante vigilancia, sino de dedicar momentos de autocuidado para identificar esas señales. El objetivo no es forzar cambios, sino aprender a responder a tiempo y de manera sostenible.
Conclusión
¿Tienes notificaciones de «poco espacio» emocionales que estás ignorando? Quizá sea momento de PARAR y dedicar tiempo a atenderlas.