Cómo explicar el TOC a familiares
Comprendiendo el TOC
Muchos familiares de personas con Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) no comprenden lo que su ser querido está viviendo. Una de las mayores dificultades es entender por qué, si la persona con TOC reconoce que sus pensamientos obsesivos son irracionales, no puede simplemente ignorarlos y dejar de realizar las compulsiones.
Este es el gran desafío, tanto para los familiares como para la persona con TOC. Aunque una persona con TOC sabe que tocar un vaso no le contagiará de sida, o que la puerta ya está cerrada y más que cerrada, o que no hará daño a nadie y no es una asesina, o que no es homosexual porque no le gustan las personas de su mismo sexo, o que por tocar 3 y no 4 la mesa del salón su madre no morirá…, el problema radica en la intensa sensación de miedo que se activa. Este miedo lleva a pensar: «¿Y si no es así…?». Esta incertidumbre arrastra a la persona a escenarios catastróficos que, aunque imaginarios, se sienten muy reales. Desde esta duda, vuelven a caer en la compulsión: se lavar las manos, vuelve a comprobar la puerta, se aleja de los cuchillos, comprueba si se excita con personas del sexo contrario o vuelve a tocar 4 veces la mesa del salón.
Una metáfora útil: El sarpullido
Para ayudar a los familiares a entender, es útil comparar lo que vive una persona con TOC con un sarpullido.
«Imagina que te sale un sarpullido. Comienza con pequeños granos que pican mucho. Naturalmente, te rascas porque, en ese momento, rascarte alivia el picor. Sin embargo, cuanto más te rascas, más pica porque irritas la piel, entrando en un ciclo donde lo que parecía aliviarte, en realidad agrava el problema».
Todos sabemos que no deberíamos rascarnos, pero lo hacemos de todos modos. Aceptar vivir con el picor sin rascarse es difícil, especialmente cuando el picor es extremo. Por eso, no es tan sencillo «dejar de rascarse». ¿Es posible lograrlo? Sí, pero la persona con TOC debe aprender a convivir con la ansiedad, los miedos y los pensamientos intrusivos. Este proceso lleva tiempo y será más efectivo con el apoyo de sus seres queridos.
Apoyo y re-enfoque
¿Cuándo es más fácil evitar rascarse? ¿Cuándo estamos ocupados con otras cosas o cuando no tenemos nada más en qué pensar? Claramente, la primera opción es la más adecuada. Por eso, es crucial que la persona con TOC y sus familiares mantengan múltiples focos de atención en su día a día. Si la persona con TOC no puede encontrar estos enfoques por sí misma, los familiares pueden ayudar a redirigir su atención. En lugar de juzgar a su ser querido, los familiares deberían invertir su energía en buscar un reenfoque que les permita convivir mejor con el «picor».